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Fanfic - Por Panixx - Parte 1

Antes que nada un agradecimiento a Panixx ya que gracias a él es posible leer este relato. Además un agradecimiento especial a la página de Starcraft ESP y a su webmaster Cartesius, donde aparecio por primera vez este fanfic.

STARCRAFT: La caida del enjambre

por Panixx

EPISODIO I: LA BUSQUEDA DEL TEMPLARIO OSCURO

------------------El viaje---------------------------

Un resplandor azul ilumino el devastado campo de batalla.  Un estruendo sobrenatural helo la sangre de los que aun estaban alli de pie...

Pero no fue suficiente.  Los zergs siempre habian sido incomprensiblemente inteligentes pese a su atrofiado cerebelo controlado a distancia...

De entre el humo surgieron cientos de puas que alcanzaron al ultimo reaver que avanzaba entre los escombros.  

“El maldito ultralisco ha absorbido la mayor parte del  daño de la explosion del scarab”-se dijo a si mismo la Teniente Monique LeBlond-“¡ Pretor Artanis, creo que la retirada es ahora nuestra ultima salida!”

Artanis dio un vuelo rasante sobre las fuerzas de tierra que aun quedaban sobre el suelo de Braxis.   Tres ultraliscos avanzaban hacia las posiciones de los bunkers , y los tanques de asedio no podian hacer mas que mantener a raya a la avalancha de zerglings que corrian tras los ultraliscos.  

Mientras tanto, en lo alto de la colina mas al norte, un grupo de doce dragones y cuatro fanaticos habian conseguido asegurar la zona.  

“Pretor, ¿me escuchas? No hemos encontrado la huella psionica de la energia de Zeratul, asi que no hay motivo para perder tropas que luego podremos usar ¡Larguemonos!”-Insistio Monique.  

“Muy bien, noble LeBlond, retira a tus fuerzas de contencion hacia nuestro perimetro de defensa y preparalas para el transporte dimensional”-dijo por fin Artanis-“que Tassadar os proteja”

El ultralisco atraveso la pared este del bunker de una sola cuchillada y todo retumbó.  

Mientras los zergs se entretenian destruyendo los depositos de suministros y los bunkers, los tanques se “desplantaron” y empezaron a rodar a toda maquina hacia las naves de evacuacion.   Los soldados y los medicos empezaron a abandonar los bunkers y sus posiciones para correr hacia la colina de la esperanza.  

De un bunker en primera linea salio Monique LeBlond, la Teniente LeBlond, una mujer dispuesta y decidida que no se conformaba con mirar desde su nave de mando.  No.  Ella tenia que estar alli, entre sus tropas,   alentandolas y orientandolas, luchando contra el enemigo con sus propias manos.  Sus botas pisaron la fria nieve de Braxis y empezo a correr como uno mas de los soldados a su mando.  Una ola de zerglings alcanzo a la muchedumbre que corria, disparaba, sangraba y moria.  

Los hombres se dieron la vuelta y empezaron a correr de espaldas, disparando a la ola viviente que se le venia encima.   Cien metros.  setenta y cinco metros.  Un zergling salto sobre un hombre que corria junto a LeBlond ya traveso de un zarpazo la armadura que cubria su pierna.  Este cayo al suelo.  La desgracia para el habia sido que su Impaler habia caido a unos dos metros de el.  

LeBlond freno su carrera e hizo un disparo a quemarropa con su Rifle C-10 al zergling.  El vientre de la criatura revento, manchando el traje de ambos humanos.  Monique agarro a su soldado y empezo a arrastrarlo.  Cincuenta metros.  El fuego empezaba a enrojecer la noche invernal de Braxis.  Venticinco metros.  Olor a sangre.  Disparos.  Gritos.  Cinco metros.  

“Preparados para Llamada Dimensional en siete segundos”

En el horizonte, en cualquier direccion solo se veian criaturas de todas las formas y tamaños que subian por las laderas de la colina.  Una nave de evacuacion exploto sobre los soldados apelotonados en la cima, alcanzado por las puas de los hidraliscos que se retorcian colina arriba.  Cinco segundos.  Los humanos y los Protoss que estaban alli en aquel momento contuvieron sus respiraciones.  Un segundo.  

Un brillo azulado cubrio a Protoss y Terrans.  Las fauces de los zerglings y las garras de los ultraliscos se cerraron sobre el vacio.  

Y, en algun lugar del universo, una inmensa nave Arbitro materializo a salvo y lejos de Braxis a todos los que estaban  en la cima de una colina en la cual ahora no habia mas que bestias rabiosas.  

 

LeBlond cogio su taza y dio un pequeño trago.  Nunca le habia gustado demasiado el chocolate, pero cualquier humano sabe que es indudable su propiedad para hacer entrar en calor, y el frio de braxis era realmente un frio que calaba hasta los huesos.   Artanis y dos consejeros templarios estaban sentados junto a ella alrededor de una mesa redonda construida con algun extraño material amarillento.  

Artanis empezo a hablar.  

-LeBlond-se paro un momento, y luego prosiguio- mientras nuestras poderosas fuerzas buscaban algun rastro de Zeratul en Braxis, un observador de reconocimiento encontro su rastro en una distante luna oscura...

-¿y bien?- Contesto LeBlond, desviando sus ojos verdes hacia la gran cristalera que la separaba de las estrellas -¿ hay alguna pista de hacia donde se dirije?

Uno de los consejeros dijo algo en voz baja acercandose a a Artanis.  

-No solo tenemos una pista, sino que pese a que la luna oscura esta totalmente carbonizada...

-¿Carbonizada?

-Si.   La superficie ha sido completamente arrasada.  

-¿ De la misma manera que tu raza destruyo las colonias de Chau y Mar Sara?

-Paciencia, mi buena amiga, dejame que te explique.   Como decia, pese al estado de la luna la huella de energia es de una magnitud enorme, practicamente como si Zeratul hubiese dejado una flecha indicadora de su paradero.  

-Entonces debemos partir inmediatamente, no hay tiempo que perder.  

Artanis callo unos momentos.  

-La luna no ha sido arrasada como las colonias humanas, LeBlond.   Hay pedazos de kilometros de diametro que han sido desgajados y flotan junto a ella.   Sea lo que sea lo que hizo eso, ni siquiera nosotros los Protoss podemos comprenderlo.  

Monique quedo pensativa por unos minutos.   Artanis respetaba la meditacion de su amiga humana.  

Un asteroide paso cerca del cristal.  

Por fin Monique hablo.  

-Manos a la Obra.   Hagamos lo que tenemos previsto.  

LeBlond se levanto y se dirigio con paso rapido hacia el embarcadero del Arbitro.  

Las lanzaderas Protoss se deslizaban suavemente por el vacio.   Cuando acabara la pesadilla zerg, penso LeBlond, alguien deberia pensar en diseñar naves como en la que ella se dirigia ahora hacia su crucero de mando.  

El Supernova era un crucero de batalla algo antiguo, pero era sin duda el mejor de la flota.  Salio de los astilleros en la misma hornada que el Norad II.  Mientras Monique ponia las botas sobre su nave, su boca dibujo una suave sonrisa, y penso “Espero que nunca tenga que haber un Supernova II”.  

A su paso por los pasillos de la inmensa maquina de guerra, todos los oficiales la saludaban amablemente y al llegar al puente su tripulacion se abalanzo sobre ella para estrecharle la mano.  

-Muy buena organización de la defensa, Teniente.  

-Nos alegramos de que este a salvo, Teniente.  

-Teniente, he oido que van a ascenderle...

-¿Ascenderme? –dijo LeBlond con una media sonrisa de ironia- ¿quién va ascenderme, si soy el oficial de mayor graduacion que queda vivo?

La gente alli presente rio la gracia y sin perder tiempo volvieron a sus puestos.  

Este trato con la Teniente era mas o menos el que ella dio a entender que queria recibir desde el dia en que los Zergs arrasaron la flota del Directorado.  

Cuando puso sus pies por primera vez sobre el puente, tras la traicion de Kerrigan en Korhal, dejo bien clara a la tripulacion que deseaba un tato de humano a humano, puesto que según LeBlond

“ los unicos seres tan asquerosos como para cuadrarse ante un superior eran los zergs siguiendo a sus cerebrados, y yo no quiero ser un cerebrado mas”

-Teniente, tenemos a Artanis en pantalla.  

La pantalla de cristal gaseoso emitio un zumbido.  

-Teniente LeBlond, soy Artanis.   Vamos a transmitir las coordenadas de viaje a vuestras computadoras de navegacion.   Nos dirijimos hacia un planeta doble llamado Ixmucane situado muy lejos de Koprulu, el sistema en el que estamos ahora.  El viaje durara al menos cuatro dias y medio.  

-Pretor-contesto LeBlond – ¿Esta seguro de que Zeratul se dirigia alli? Es un mundo muy lejano...

-Tan lejano que no lo baña la luz de ningun sol.   Teniente, que sus naves vuelen en formacion con los Arbitros, asi, con la ayuda de los campos de invisibilidad de que proyectan estas naves tendremos mas posibilidades de pasar desapercibidos a la sondas de espacio profundo Zerg.  

-Roger Pretor.  Ya lo habeis oido chicos.   A trabajar.   Destino: Ixmucane.  

Los motores del Supernova se encendieron con un rugido atronador, que el frio espacio amortiguo hasta hacerlo inaudible.  Los espectros y lo que quedaba del escuadron Lancers de fragatas Valkyrie

se pusieron en marcha tras la nave comandante, escoltando a la docena de transportes que transportaban a las tropas de tierra y a los mecanicos.  

Los pilotos automaticos de las naves hicieron el resto.  Los pilotos pudieron sentir un ligero zumbido electrico al formar con los arbitros  y entrar en su campo de distorsion.  

A mas de doscientos cincuenta mil kilometros por hora, la flota Protoss-Terran, liderada por el Nagantrithor (“hijo de Gantrithor”) atraveso una espesa nebulosa planetaria, que quedo atrás en cuestion de minutos.  

LeBlond se acomodo en su sillon de mando.  

-Brrrrrr.  -dijo en voz baja.  -Otro maldito mundo helado.  ODIO el chocolate caliente.  Juro que si esto termina algun dia ire a Korhal a tomar el sol y me comere un helado de tutti-frutti.  

 

 

La pantalla de instrucciones principal se ilumino de pronto.   El operador enfrente de ella, que estaba durmiendo una siesta, dio un salto y sorprendido, se coloco los auriculares.  

La estatica se disipo y Artanis aparecio en pantalla.  Su ceño fruncido indicaba que algo no iba bien.  

-Soldado, quiero hablar con tu Teniente, es urgente.  

-Claro pretor, enseguida la aviso.  

La pantalla principal del puente se encendio.  

-Atencion, teniente, tenemos a Artanis en pantalla.  Se requiere su presencia en el puente si es tan amable...

La esclusa de seguridad se abrio a los pocos segundos.  

-Aquí estoy , pretor, ¿cuál es el problema?

-Noble LeBlond, tenemos un problema en uno de nuestros transportes.   No entendemos como ha podido ocurrir pero las secciones de mando y operación han sido infectadas por Zergs.  

-¿¡Como!?

-No sabemos como, pero una reina ha conseguido entrar y ha desovado varias crias a partir de la tripulacion.  Nuestros supervivientes la han aislado en la seccion 3 desde donde nos han informado del suceso.  

-Vaya.   Asi que una maldita cosa nos ha seguido hasta aquí.  -LeBlond cogio el intercomunicador- Atencion, todas las naves detened los motores y aguardad instrucciones.  Con una reina entre nosotros Kerrigan podria seguirnos a traves de un parasito.  

Teniente –intervino Artanis- creo que seria apropiado destruir el transporte y evitar cualquier retraso.   Zeratul podria continuar su viaje en cualquier momento.  

-Pero no podemos matar a tus hombres asi como asi, pretor.  

-Ellos son fanaticos del khala-replico el pretor protoss- moriran con gusto por su raza.  

-¡Artanis! –exclamo Monique- ¡Ya se que moririan felizmente por la supervivencia de su espiritu guerrero, pero no es alli dentro donde deben morir, si no cuando de verdad sea necesaria su muerte!

Un prolongado silencio corto el ambiente.  Al fin Artanis hablo.  

-Tus palabras son audaces y llenas de juicio, noble humano , dispondre un equipo de asalto para rescatar a nuestros hermanos.  

-Perfecto.  -dijo Monique- algunos de mis chicos se uniran a ti, y tan pronto como todo el mundo este a salvo, volaremos al transporte con su maldita reina dentro con nuestro cañon Yamato ¿conforme, pretor?

-Como decis los humanos, conforme, teniente.  

El operador miro a LeBlond mientras la pantalla se desvanecia.  Sabia lo que la teniente iba a decirle.  

-Que preparen mi sistema de camuflaje personal y mi rifle C-10.  Voy con ellos.  

El equipo de asalto, compuesto por cinco soldados de nivel 3 ademas de LeBlond subio a la nave de evacuacion , mientras un goliath era cargado junto a su piloto en el compartimento de carga.   La nave se desacoplo del Supernova y comenzo a volar hacia el transporte.   La

seccion  principal del mismo tenia un color extraño, señal de que la reina habia empezado a acomodar sus enzimas por el casco de la nave.  Este era un proceso Zerg que sorprendio a los cientificos en su momento, con el cual consiguen un habitat propicio en cuestion de horas.  

-La infeccion es bastante grande ¿no chicos? – dijo LeBlond

Los marines miraron por el cristal de la nave mientras el transporte crecia a ojos vista.  

-Parece como si ese trasto protoss tuviera una la puta sarna o algo asi, ¿no cree teniente?

La lanzadera del equipo protoss paso velozmente adelantando a la nave de evacuacion, seguida de la lanzadera de rescate.  

-Supongo que si.   Eso es precisamente lo que hacen los Zerg.   Extienden la sarna alli por donde pasan, y no les importa hacerlo.  Me pregunto que haran si llegan a consumir todo el universo.  -LeBlond quedo pensativa- “¿Se marcharan entonces a otro universo?” –penso.  

-Teniente, ¿ porque siempre nos acompaña en todas las misiones aun sabiendo que es un suicidio? Yo se que quizas morire dentro de unos minutos, pero ¿lo sabe usted?

-Uno de los marines le pego un golpe en la cabeza con la culata de su impaler al que acababa de hablar.  Y añadio:

-Pues claro que lo sabe, pedazo de mierda.  

El marine y LeBlond se miraron a los ojos.  Por fin el marine aparto la vista y dijo:

-Lo que pasa es que el asunto de los zergs para la teniente es personal.   Probablemente le hubiera gustado haber sido ella misma la que hubiera estado alli con las fuerzas del comandante Raynor cuando la supermente volo en mil pedazos.  

-¿Quieres decir el legendario James Raynor? Eso hubiera sido bestial , estar alli en el momento en que aquel tio protoss, Tass noseque se convirtio en energia y revento a aquella bola de excrementos.  A mi me lo han contado.  

Monique se quito el casco amplificador de vision y miro por la ventana hacia la profundidad del espacio.  Abrio la boca sin pronunciar palabra.  Al cabo de un momento empezo a hablar.  

-Se llamaba Tassadar.   Y no era un “tio” era el heroe mas grande que jamas a existido.  Era un visionario que traiciono sus creencias y unio a nuestras razas salvandolas de una destruccion segura.  Y...

Monique se detuvo un segundo.  

-Y yo estaba alli.   Vi a la supermente con mis propios ojos.   Yo era la navegante de la Hyperion.  

Los marines abrieron los ojos sorprendidos.  

-¿Quieres decir que estuviste en la batalla de Aiur y no nos habias dicho nada, jefa?

-Nadie me lo habia preguntado.   Solo un par de operadores del puente me preguntaron por mi anterior cargo.  -LeBlond hizo una mueca de descuido y luego sonrio.  

-¿Y como llegaste al escuadron de Raynor, jefa?

En el momento que el marine dijo esto, una brusca sacudida anuncio que el transporte acababa de ser abordado por la nave de evacuacion.  Monique se levanto y cogio su arma.  Mientras se volvia a poner el visor dijo:

-No hay tiempo que perder marines, tenemos una mision y tenemos que cumplirla.  

A los supervivientes les recompensare con la historia de cómo me puse bajo el mando de Raynor

La compuerta estanca se abrio pegada al fuselaje.  LeBlond saco un soplete de bolsillo y consiguio perforar el extremadamente resistente casco protoss.  El pedazo de metal cayo hacia el interior de la nave.  LeBlond puso un pie dentro del transporte y grito:

-Muy bien, marines acordaos, aquí hay una sarna y vosotros sois la vacuna, asi que, ¡Duro con ellos!

 

El interior del transporte brillaba intermitentemente con un brillo azulado.  No se adivinaban fuentes de iluminacion pero aquel extraño resplandor era suficiente.  El grupo encabezado por Monique se giro aparatosamente al escuchar un ruido, con los dedos en los gatillos preparados para disparar a la minima señal de peligro.  

-¡Falsa alarma! – grito LeBlond-... es el equipo de los protoss.  

Cuatro fanaticos se acercaban por el corredor, provistos de sus trajes especiales.  

-Saludos, teniente, tenemos ordenes de reunirnos con vosotros e indicaros la situacion de nuestros hermanos.  

-¿y bien?

-Detectamos la presencia de un numero de entidades psionicas indefinido, no mas de  cinco o seis, supongo que apretados cabran todos en la lanzadera de rescate.  

-Eso espero.   Si no, les haremos sitio en nuestra nave.  

Uno de los marines comprobo el sensor de movimiento.  

-Todo tranquilo, de momento, jefa.  

-Bien-prosiguio LeBlond-¿ y donde se hallan vuestros compañeros?

-Estan en una habitacion en medio de un pasillo concentrico.   El problema es que dicho pasillo esta infestado de crias zerg.   No podemos entrar sin luchar.  

-Esta bien, esto es lo que haremos.  

Los protoss permanecieron atentos.  

-Vamos a deslizarnos por el conducto de ventilacion que da a la parte superior del pasillo.  Si vamos por los pasillos principales nos perseguirian hasta la nave cuando escapemos.  

Los protoss estaban sorprendidos de los conocimientos que poseia LeBlond sobre la estructura de un transporte.  

-Vosotros dos, murcielagos, y dos fanaticos os quedareis aquí para cubrirnos cuando volvamos.  Y para los que me acompañen, todo protoss atraera a las crias hacia ellos mientras mis chicos disparan desde lejos.   Si lo hacemos bien, espero que vuestros escudos aguanten de sobra sin que recibais daño alguno.  Las crias no son oponentes temibles.  

-No nos importan las heridas, noble humano, moriremos gustosamente.  

-Si –LeBlond le guiño un ojo al protoss que habia hablado- pero si no os hieren tardareis mas en morir gustosamente y podreis defender mas tiempo a los que no moririan gustosamente pero por los cuales moririais gustosamente.  

Los marines se rieron.  

-¿me has entendido, amigo?

-Creo que si, teniente LeBlond.   Si usted lo cree asi, asi sera como se lleve a cabo.  Trataremos de sobrevivir el mayor tiempo posible.  

-Eso es.   Ahora, los que vienen conmigo seguidme.  Cuando salgamos con la tripulacion, quiero que incendieisel pasillo que da al conducto de ventilacion ¿entendido Murcielagos?

-Entendido, teniente.  Nada que no soporte ochocientos grados de propano sobrevivira ahí cuando salgais vosotros.  

-OK.  Al trabajo chicos.  

El equipo resultante empezo a caminar por la enorme tuberia de ventilacion protoss.   Debia medir casi el doble que un protoss, y se respiraba un extraño olor , parecido al metano, producto seguramente de la asimilacion del metal zerg.  La tuberia se movia de vez en cuando y se oia un ruido parecido a un chirrido.  Parecia ir a romperse en cualquier momento.  

-Fanaticos, andad con cuidado-dijo LeBlond- vuestros trajes son muy pesados, mirad bien que no pisais en ningun punto que este corroido.  

De repente a escasos metros del punto de salida de la tuberia, una figura se deslizo como un rayo y salto sobre un fanatico, que rapidamente acuchillo a la criatura con su filo psionico.  

El cadaver cauterizado de la criatura cayo al suelo.  

-Es una cria.   Llevad cuidado, puede que ya nos hayan descubierto.  

El final del inmenso tubo se divisaba ya a unos cincuenta metros.  Conforme llegaban se empezo a oir un remor sordo.  

-¿qué diablos es eso?- pregunto un marine-

-ssshhhh!-LeBlond hizo un gesto y dijo -(no hableis, probablemente el pasillo este infestado de crias asi que andad en silencio)

Los fanaticos accionaron los silenciadores de sus trajes robotizados.  

El equipo llego al borde de la tuberia.  Uno de los fanaticos alargo el cuello y miro hacia abajo.  

El suelo del pasillo estaba abombado y descolorido , y unas cuantas docenas de crias corrian aquí y alla.   En la pared de enfrente estaba la compuerta que daba paso a la habitacion donde se hallaban los supervivientes.  

-Tenemos que entrar ahí y sacarlos como sea.  

LeBlond se volvio invisible.  

-Escuchadme, esto tiene que ser rapido y efectivo.  Voy a bajar y voy a abrir la puerta.  

Una vez este abierta esos bichos intentaran entrar.  En ese momento, saltareis abajo y les disparareis por la espalda.  Yo avisare a los de dentro que salgan.  Que un marine se quede aquí para ayudar a trepar a los demas luego.  ¿entendido?

-Entendido, jefa.  

Perfectamente translucida, LeBlond salto los dos metros que le separaban del suelo.  Tan sigilosa como una sombra se acerco a la puerta y la abrio, introduciendose inmediatamente dentro.  

Los protoss que habian dentro, algunos malheridos, se horrorizaron al ver la puerta abriendose y ver como todas las crias giraban sus ojos hacia las potenciales presas que habian dentro de la habitacion.  

Las palabras de LeBlond les sorprendieron saliendo del vacio

-Muy bien señores, esto va a ser un poco complicado, asi que deprisa, en cuanto las crias empiezen a caer, salgan de aquí y corran hacia la tuberia que conduce a popa, les ayudaran a salir.  

Los protoss comprendieron rapido.  El rio de seres que entraban por la puerta empezo a ser acribillado desde el exterior.  Sorprendidas, las crias se dieron la vuelta y respondieron al ataque.  Los ojos de los fanaticos parecian arder mientras destrozaban las entrañas de las criaturas apoyados por las rafagas de los marines que disparaban tras ellos.  La media docena de tecnicos protoss salio corriendo de la habitacion, en la cual empezaron a entrar las crias que no luchaban.  LeBlond, moviendose impunemente sin ser detectada noto que el suelo de la habitacion empezaba a vibrar.  

-Esto no me gusta nada-dijo.  

Los tecnicos, ayudados por el marine que se habia quedado arriba, terminaron de  subir a la tuberia y se pusieron a salvo.  El marine les dijo:

-Vamos, vamos tios no hay tiempo corred hacia el final y girad a la derecha, os estan esperando.  

El grupo de tecnicos protoss, que aun no se recuperaban de la sorpresa de haber sido salvados obedecieron sin decir nada.  

Mientras tanto el combate recrudecia por momentos.  Por cada cria que moria parecian aparecer dos mas.  Los fanaticos y los soldados se retiraron hacia la pared de la tuberia.  

De repente se dieron cuenta de que subir iba a ser bastante complicado.  

Los fanaticos se miraron y uno de ellos dijo:

-humanos, subid vosotros primero, confiad en el khala.  

Los marines pararon de disparar y se miraron el uno al otro encogiendose de hombros.  Cuando estuvieron a salvo, uno de los fanaticos salto hacia atrás, deshaciendose de las crias que lo atenazaban sin apenas poder contenerlas, mientras su compañero luchaba con todas las fuerzas con las que podia.  Habia tantos seres que era como luchar con la corriente de un rio.  

El fanatico miro hacia la tuberia, encogio sus piernas roboticas y, repartiendo un ultimo mandoble, dio un salto de mas de dos metros gracias a su traje robotico, apoyandose en la boca de la tuberia con increible soltura.  

El otro fanatico se dispuso a hacer lo mismo cuando se oyo la voz de LeBlond que salia corriendo de la habitacion.  

-¡Corred! Creo que....  

Antes de poder terminar la frase, el suelo se empezo a deformar mas aun y termino resquebrajandose.  Entonces, como si de un volcan se tratase, todo el suelo se levanto y de el emergio un ser enorme y horripilante, aferrandose con sus garras al destrozado piso.  

-¡Es la reina! Corred por vuestras vidas antes de que....  

El ser emitio un horrible chillidoy acto seguido, lanzo un enorme lapo verde al fanatico que aun luchaba como si no se hubiera dado cuenta de nada.  El fanatico se quedo parado, envuelto por aquella viscosidad e intento despegarse de ella, pero fue inutil.  La materia entro a traves de su piel y el protoss quedo alli, incredulo, aunque sabia lo que le iba a pasar.  

Todas las crias se apartaron del desdichado fanatico a la vez.  LeBlond contemplaba en silencio, pegada a la pared  bajo la tuberia, horrorizada.  Lo habia visto mas de una vez, y cerro los ojos para no volverlo a ver.   El pecho del fanatico se hincho de repente.  Sus ojos estallaron uno detrás de otro, y su cuerpo se deformo hasta que todo su torso revento, dejando escapar a dos crias mas que se unieron al resto.  

El fanatico que se hallaba en la tuberia alargo el brazo y cogio la mano invisible de Monique.  

-Mi raza tambien los odia, noble humano- dijo mientras la alzaba.  

Los chillidos de la reina intentando emerger del suelo cubrieron los ecos sordos que se producian al correr por aquella tuberia azulada.  

LeBlond se hizo visible cuando quedaba poco para llegar al final.  

Uno de los marines se giro y exclamo horrorizado

-Oh dios mio, ¡¡teniente mire eso!!

LeBlond giro la cabeza y vio como la reina habia conseguido introducirse por el tubo gracias a su cuerpo elastico como el de un pulpo, y avanzaba hacia ellos mas rapido de lo que ellos podian escapar.  

-¡Vamos, ya queda poco para la salida! ¡Corred!

Cuando el grupo alcanzo la salida, la reina les seguia a escasos metros, lanzando su lengua hacia delante e intentando atrapar a alguien, mientras emitia unos punzantes chillidos que se clavaban en el cerebro.  LeBlond, en la retaguardia, se giro hacia atrás y disparo contra el monstruo, alcanzandole en un ojo.  Eso no lo detendria, pero les daria el tiempo justo para salir del conducto y girar la esquina que les separaba de la salvacion.  

Cuando la reina recupero la vision, y habiendo perdido a su presa, enloquecida de rabia se estrello contra la pared de enfrente de la salida del conducto, e hizo un boquete en el sufrido casco del transporte.  Los Murcielagos de fuego y los marines cerraron sus cascos y activaron sus suelas magneticas para evitar ser absorbidos por el vacio mientras los protoss se pusieron a salvo en sus naves y partieron con los rescatados.  LeBlond se agarro a uno de los marines, pues su traje contaba con presion y temperatura pero no con suelas magneticas y, entre el fortisimo silbido del aire escapando del transporte y el chillido aterrorizante de la reina, grito:

-¡No dispareis, es inutil!

-¡¿y que quieres que hagamos  jefa!?-dijo el marine que estaba reteniendola.  

-¡Murcielagos! ¡Aguardad a que ese bicho de mierda este a una temperatura proxima a la del espacio, y despues freidla! ¡Aun no dispareis! ¡Es una maldita orden!

El aire termino de escapar y el vacio empezo a impedir la audicion de lo chillidos de la reina.  

En el instante en que el ser se abalanzo contra el grupo, los dos Murcielagos a la vez abrieron sus mangueras hacia la criatura, que estallo en mil pedazos a causa de la brusca diferencia de temperatura.  Los restos ensangrentados flotaron tras el resplandor alrededor de los marines.  

-Ahora nos tiene que contar lo de el escuadron de Raynor, comandante.  Estamos vivos.  

LeBlond hizo una mueca dentro de su mascara.  

-Si, pero creo que primero voy a dormir hasta que lleguemos a Ixmucane.  

   

 
 

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