Capitulo 4: El agotador domingo de Sakura
Capítulo 4: El agotador domingo de Sakura.
Sakura tiene planeado irse de excursión al campo con Tomoyo, pero Touya
le recuerda que le había cambiado el turno de limpieza de la casa el
domingo pasado y ese domingo no se lo puede cambiar porque tiene trabajo.
Su padre también debe irse, así que Sakura debe pasarse todo
el domingo sola en casa limpiando...
Kero empieza por la colada mientras Sakura limpia el salón, allí
encuentra una carta, la carta bosque. Encuentra otra carta llena de tinta. Las
deja las dos en el sótano y cuando va a buscar un paño para limpiar
la que está sucia suena el teléfono. Es su padre, le pide que
le lleve un sobre que le hace falta para la reunión. Cuando sale para
llevar el sobre a su padre se encuentra con Yukito que la invita a comer, así
que se olvida de las dos cartas... y de Kero que sigue haciendo la colada.
Cuando vuelve a casa encuentra toda la ropa limpia, el pobre Kero está
durmiendo en su cama agotado después de tanto trabajo. Se escucha un
ruido en el sótano... Sakura despierta a Kero y los dos bajan a ver que
pasa. Unas ramas salen por la puerta del sótano y los atrapan, es la
carta bosque. Alguien llama a la puerta, es Tomoyo que les ayuda a liberarse.
Sakura le cuenta a Kero que se había encontrado dos cartas y las había
dejado en el sótano, Kero le dice que es muy peligroso dejar las cartas
sin escribir su nombre en ellas porque sin el nombre escrito no se pueden controlar.
La carta Bosque actúa de nuevo, Sakura se viste con uno de los trajes
de Tomoyo para cumplir con su misión. Todos salen a la terraza huyendo
de las ramas. Para su sorpresa la carta se detiene y florece cuando llega a
la luz, pero si no la encierran pronto acabará con toda la casa ya que
seguirá creciendo hasta que la luz le de en todo el cuerpo.
Sakura baja al sótano y allí encuentra a la causante de que Bosque
crezca, es la carta de lluvia. Para atraparla utiliza la carta de Agua. Una
vez atrapada la carta de lluvia, Bosque vuelve ella sola a su forma original.
Sakura escribe el nombre en ellas para que no se vuelvan a descontrolar.
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